jueves, 30 de noviembre de 2006

Educación sexual en una escuela católica de Neuquén

Un amigo de las patagónicas tierras nos envía una carta dirigida al Obispo de Neuquén que da cuenta de las aberraciones dictadas bajo el título de educación sexual en una escuela católica de esa diócesis. Más allá de la particularidad del caso, es claro que esto demuestra una situación que se extiende en muchos otros lugares de la castigada patria.
Reproducimos a continuación el loable escrito.


Neuquén, 17 de noviembre de 2006

Carta a S.E.R Monseñor Marcelo Melani SDB, Obispo de Neuquén

Asunto: Preocupación ante la Educación Sexual permisiva y su aplicación en una escuela de la Diócesis de Neuquén

Su Excelencia Reverendísima:
Con respeto filial, nos permitimos comunicarnos con Usted con el fin de hacerle llegar nuestra gran preocupación por lo que está aconteciendo en el Colegio Santa Teresa, en el que se imparten clases de educación sexual absolutamente contrarias a la moral natural y a las enseñanzas de la Iglesia. Tales contenidos, ¡destinados a alumnos del ciclo primario!, rezuman en cada palabra la tan inicua teoría de género, sostenida por los diversos grupos militantes a favor del aborto y la contranatura.
En este escrito exponemos sucintamente las cuestiones más graves tratadas en el texto que lleva por título “Nuestro cuerpo: ¡una maravilla de la creación!” y que ha sido entregado a los alumnos del nivel primario del citado establecimiento educativo.
Tomamos aquí los temas que mayor daño espiritual y psicológico inflingen a los niños que los tienen por destinatarios, pero ello no obsta para desestimar de plano el texto, por su indecible ignominia e incorregible mendacidad. A poco de leerlo, Monseñor, parece increíble que semejante libelo haya salido de una escuela católica. A continuación las evidencias mencionadas.
Aborto: en el material de marras se les pregunta a los alumnos, como si de un trabajo práctico se tratara, si “el aborto provocado se puede considerar un asesinato”, sin dar más orientaciones acerca de ello. No obstante, poco más adelante se cae en una flagrante falacia (utilizada ad nauseam por los proabortistas) cuando se dice que muchos abortos se realizan en forma clandestina y que ésta constituye “una de las principales causas de muerte de mujeres” (página 20). Embuste éste pasible de ser corroborado con la simple constatación de las estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación.

En vano se buscarán en el texto referencias al nonato. Ni una sola alusión a su carácter personal y su inalienable derecho a la vida. Ni una mención siquiera al deber de rezar por las almas de los pequeños asesinados sin recibir las aguas bautismales. Del mismo modo, se omite toda reseña a la clarísima condena de tan monstruoso crimen, presente en multitud de documentos dados a lo largo de la historia de la Iglesia de Cristo. En rigor, sólo se induce a los niños a considerar que el mal específico del aborto no es el asesinato de la criatura no nacida, sino la mala atención de las clínicas clandestinas que resulta en muertes maternas. Cuesta creer en la posibilidad de tantos olvidos.
Masturbación: al referirse al tema del onanismo se dice: “Cada familia tiene sus propias ideas acerca de la masturbación (…) existen personas, y también existen religiones, que creen que masturbarse es malo. Pero la mayoría de los médicos afirman que la masturbación es algo perfectamente sano y perfectamente normal, y que no hace ningún daño” (pag. 14)
Se evidencia, en primer término, el más craso relativismo implicado en el texto, pues deja librada la verdad a la opinión de cada uno. Pero luego, ahondando la gravedad del contenido, se habla de la condena de algunas religiones al pecado de Onán, prescindiendo de cualquier comentario sobre la doctrina tradicional que condena la masturbación como un acto “intrínsecamente malo” y gravemente desordenado pues “le falta la relación sexual requerida por el orden moral; aquella relación que realiza el sentido íntegro de la mutua entrega y de la procreación humana en el contexto del amor verdadero”[1]. Además, como si esto fuera poco, el texto termina por invocar la autoridad de los médicos – tanto como se descalifica a “algunas religiones” - como si la medicina fuese la encargada de dirimir sobre cuestiones de índole moral. En lenguaje llano, esto se podría traducir en una frase proverbial: “si tu médico te dice que te masturbes, hacélo tranquilo, pero si el párroco te dice lo contrario, desobedecélo porque no tiene autoridad en esas cosas”.
“Clases” o tipos de familia: acto seguido, los anónimos autores se ocupan de la familia señalando en primer término que “hay muchas clases de familia”, para agregar enseguida: “hay niños cuyo padre o cuyos padres son hombres homosexuales y niños cuya madre o madres son mujeres lesbianas” (pag. 25).
De esta forma grotesca se principia con la confusión de los niños y se termina con su escándalo más absoluto. Porque, de acuerdo a la peculiar visión dada en este texto, la familia ya no sería la iglesia doméstica fundada sobre Roca. Ya no sería la unidad indisoluble centrada en el matrimonio de hombre y mujer, unidos para el cumplimiento de la misión sublime de procrear y educar a la prole en la altísima tarea de vivir para salvarse[2]. Ya no sería la familia la portadora de la misión de “custodiar, revelar y comunicar el amor, como reflejo vivo y participación real del amor de Dios por la humanidad y del amor de Cristo Señor por la Iglesia, su Esposa”[3]. No, para estos particulares educadores sexuales, ya no existe la familia tradicional sino muchos tipos y modos de rejuntarse, siempre según lo que a cada uno le apetezca y “le parezca bien”. Lo que olvidan (o aviesamente esconden) es que esa familia tradicional que quieren dar por muerta o perimida es la Sagrada Familia, la que sostuvo en su seno al Señor de la Historia y cuyo arquetipo fue dado una vez y para siempre para que en ella los hombres cumplieran su vocación salvífica.
Homosexualidad y lesbianismo: Por otro lado, el texto señala que existen muchas clases de amor, haciendo hincapié en que “puede haber amor entre una mujer y un hombre, entre un hombre y un hombre y entre una mujer y una mujer”. Poco después se afirma: “la vida cotidiana de un gay o una lesbiana (…) es muy parecida al resto de las personas” (pag. 32). Y termina con una admonición dudosa: “Todos somos personas. Todos amados por Dios. No discriminemos”.
Se parte entonces de una confusión dañina y malintencionada, pues si hemos de amar a las personas homosexuales lo hacemos porque son personas, no porque sean homosexuales. ¿Qué clase de caridad enseñan estos “educadores” cuando les dicen a los pequeños, tergiversando la oración paulina, que hay que amar al pecador y amar también al pecado? También aquí se omiten las enseñanzas de la Iglesia Madre y Maestra, que mucho ha expresado al respecto. Estos educadores deberían recordar que la Iglesia señala que “las personas homosexuales deben ser acogidas, en la acción pastoral, con comprensión y deben ser sostenidas en la esperanza de superar sus dificultades personales y su inadaptación social” pero ello sin olvidar que “según el orden moral objetivo, las relaciones homosexuales son actos privados de su regla esencial e indispensable” y que “en la Sagrada Escritura están condenados como graves depravaciones e incluso presentados como la triste consecuencia de una repulsa de Dios”[4]. Esto último se pone en evidencia también en otro fundamental documento vaticano que indica que “la actividad homosexual impide la propia realización y felicidad porque es contraria a la sabiduría creadora de Dios. La Iglesia, cuando rechaza las doctrinas erróneas en relación a la homosexualidad, no limita sino que más bien defiende la libertad y dignidad de la persona, entendidas de modo realístico y auténtico” [5] .
Hacer de la homosexualidad “una forma más de amor” conlleva una dosis infrecuente de perversidad en el trato con los niños, a los que – por deber de estado - el educador debe formar en los hábitos virtuosos y no en el vicio nefando.
Concepción materialista y hedonista de la sexualidad humana: como puede colegirse de lo anterior, todo el texto rezuma una atrofiada y reduccionista visión de la sexualidad humana. En efecto, para los autores de este panfleto, la sexualidad ya no sería expresión de la donación personal del hombre y de la mujer hasta la muerte, ni un Bien que mira al núcleo íntimo de la persona[6]. Para ellos, la sexualidad se reduce a la mera biología y fisiología, a la visión del cuerpo como instrumento dador de placer, a la relación con el otro como medio de alcanzar la satisfacción de los deseos egoístas.
Ni una sola mención se encuentra en el texto a la virtud de la castidad. Sí se habla de abstinencia - como medio anticonceptivo - pero se omite la excelencia de la virtud del casto que, en lucha exigente y heroica, abreva en la castidad como don de sí al otro[7].
Su Excelencia Reverendísima: en este breve escrito nos hemos detenido sólo en los aspectos sobresalientes por su manifiesta iniquidad, aunque sin considerar que el sucinto listado agote en modo alguno la intrínseca perversidad del texto que sirve de base para enseñar a los alumnos de una escuela católica de nuestra Diócesis. Un análisis pormenorizado, para el que no nos creemos con fuerzas, demostraría que los males que se siguen de esta atroz enseñanza son aún mayores. Baste pensar en la concienzuda negación del Magisterio Auténtico de la Iglesia de la que se hace gala, en la desestimación de la familia como educadora esencialísima, en el olvido de la verdadera dimensión religiosa de la educación o en el atropello a la dignidad de los niños y en el abuso a su inteligencia. Muchos son los males que de esto se siguen por lo que según creemos, queda claro que las autoridades del Colegio Santa Teresa, adelantándose a la infame norma nacional recientemente sancionada e inspirándose en una ley provincial análoga (Nº 2222 de Salud Sexual y Reproductiva), han permitido el dictado de clases de educación sexual de contenido profundamente relativista y destructivo para los niños.
Esta situación ha derivado, como es lógico, en la intranquilidad de muchos padres que ven así quebrantada la inocencia de sus hijos y su propio derecho – obligación de atender su crianza. La patria potestad – para decirlo en términos profanos – se ve profundamente alterada toda vez que una escuela decide, en forma arbitraria, llevar adelante un programa destinado a la confusión y el escándalo de los niños y los jóvenes. Y si lo hace tomando como referencia una legislación del todo ignominiosa y atentatoria del Orden Natural como la que lamentablemente han aprobado nuestros legisladores, la mencionada actitud resulta del todo inconcebible.
S.E.R., esperamos que esta misiva contribuya a la urgentísima y definitiva solución de esta irregular situación dada en el mentado colegio. Consideramos que, en principio, debería sacarse de circulación este texto para empezar la reparación del daño cometido. Así se lo suplicamos, como ovejas fieles a nuestro pastor, por el bien de nuestros hijos y el de la Comunidad toda.
Que nuestro Señor Jesucristo y su Santísima Madre lo guíen en su Cátedra y su labor pastoral como Sucesor de los Apóstoles. Lo saludamos devotamente en Cristo nuestro Señor y quedamos a la espera de su respuesta.

[1].- CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE: Declaración “Persona humana”, sobre algunas cuestiones de ética sexual, n° 9.
[2].- JUAN PABLO II: Familiaris consortio, n° 14.
[3] .- Idem., n° 17.
[4].- CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE: Declaración “Persona humana”, n° 8.
[5].- CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE: Carta “Sobre la atención pastoral a las personas homosexuales”, 1 de octubre de 1986, n° 7. Véase asimismo, de la misma Congregación, el documento “Algunas consideraciones acerca de la respuesta a ciertas propuestas de ley sobre la no discriminación de las personas homosexuales”, Buenos Aires, Paulinas, 1992.
[6].- Cf. PONTIFICIO CONSEJO PARA LA FAMILIA: Sexualidad humana. Verdad y significado, Conferencia Episcopal Argentina, 1996.
[7] .- Idem., n° 19 y n° 17.

Un combate más de Monseñor Aguer


Vendidos al nuevo desorden mundial
(Diario "El Día" de La Plata, 29/11/06)

Por MONSEÑOR HECTOR AGUER
Con el voto mayoritario de las dos cámaras del Congreso Nacional, nuestro país ha ratificado recientemente el protocolo facultativo de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. Este título larguísimo se abrevia en la sigla de la denominación en inglés: CEDAW. La sanción que han decidido los legisladores pasó prácticamente inadvertida. Así suele ocurrir con la aparición de muchas leyes, sobre todo si son presentadas "sobre tablas" y si se las vota entre gallos y medias noches hacia el final del período parlamentario. En el caso que nos ocupa no hubo debate. Algunos, entre los senadores y los diputados, votaron según sus convicciones ideológicas: son los que adhieren a las consignas del feminismo extremo. Otros lo hicieron movidos por presiones que provenían de ese sector, y probablemente la mayoría cumplió con la disciplina de bloque o con la obediencia debida. ¡Honor a los doce senadores y a los treinta diputados, mujeres y varones, que supieron decir no!¿Qué ha hecho, en realidad, el Congreso al dar este paso? La Convención, que fue adoptada por la Argentina en 1985, nos comprometía a efectuar todas las modificaciones necesarias, en leyes, reglamentos y usos, para eliminar cualquier tipo de discriminación contra la mujer. Un propósito laudable, sin duda, si se profesa la verdad sobre la dignidad de la persona humana y no se ideologiza el concepto de discriminación. Pero ahora, al ratificar el protocolo, se le otorga autoridad legal a un Comité integrado por 23 expertas que han acreditado militancia internacional como abanderadas de la "ideología de género". Este grupo de feministas, que ronda en la órbita de las Naciones Unidas, queda facultado para inmiscuirse en nuestros asuntos internos, recibir denuncias y hacer recomendaciones en orden a que nuestro país ajuste su legislación a los enunciados de la CEDAW según la "perspectiva de género" que inspira al mencionado Comité.Esta enajenación de nuestra soberanía legislativa hace temer consecuencias gravísimas, como las que ya se están verificando en los países que ratificaron el protocolo. Sobre ellos se ejerce el espionaje y las presiones del Comité. Vale la pena citar algunas de sus recomendaciones; siguen todas ellas la misma línea: menoscabo de derecho a la vida, afrenta a la dignidad de la persona, destrucción de la familia, alteración deliberada del orden natural. A Colombia y a Ecuador les reprochó mantener en su ordenamiento jurídico la ilegalidad del aborto. A Italia y a Croacia, que tenían una legislación pro-abortista, se les instó a suprimir la libertad de conciencia de los médicos que se niegan a cometer el crimen abominable. A otros países se los critica por mantener "estereotipos" en cuanto al papel respectivo de mujeres y varones en la familia y en la sociedad. Lo que molesta especialmente a las feministas del Comité es la vocación esponsal y materna de la mujer, porque para la ideología de género la maternidad es una maldición y la familia, tal como la conocemos, debería desaparecer. Aunque parezca mentira, el Comité ha recomendado suprimir el "Día de la Madre" y aquellas políticas de Estado que protegen el embarazo y la maternidad. También promueve la legislación de la prostitución para integrarla al mercado de la profesión y el empleo y recomienda legalizar el lesbianismo.Otra consecuencia funesta que puede seguirse del desliz de nuestros legisladores es la persecución de quienes no acepten los criterios del Comité. En nombre de la no discriminación de la mujer se intentará acallar todo disenso, sofocar las sanas reacciones que -de acuerdo a la tradición cultural argentina- surjan en defensa de la vida humana desde el instante de la concepción, de la familia fundada en el matrimonio, entendido como la unión estable de un varón y una mujer, del recto sentido de la sexualidad y de su ejercicio. No hay más crueles enemigos de la libertad que los libertarios, que odian el orden natural y la creación de Dios. ¿Acabaremos un día en la cárcel por leer la Biblia en nuestras iglesias?Un nuevo desorden mundial va imponiéndose en el mundo, mediante un proceso de alteración de los significados fundamentales de la condición humana, de la libertad, el derecho, la familia y la sociedad. Equivale a una revolución cultural que procura hacer tabla rasa de los auténticos valores humanos. La ratificación del protocolo de la CEDAW -que por ser opcional muchos países se negaron a aceptar- es una señal alarmante de la debilidad cultural y política de la Argentina y de la ligereza con que alienamos nuestra identidad y nuestro futuro.

lunes, 27 de noviembre de 2006

Obispos que combaten

CEDAW: LA IGLESIA PIDE EL VETO (I y II)
(NOTIVIDA Nº 406 Y 407)
Cuando corren los días del plazo legal para la promulgación por parte del presidente Kirchner de la ley de ratificación del Protocolo del CEDAW, Mons. Bardomero Carlos Martini, Obispo de San Justo, tal como pidió a las dos Cámaras del Congreso Nacional antes del tratamiento del Protocolo, volvió a insistir en “una profunda reflexión de los representantes del pueblo, exhortándolos a no desoír lo que se les dice”.
A su vez Mons. Jorge Luis Lona, Obispo de San Luis, declaró que vetar la ley de ratificación del Protocolo sería coherente con las declaraciones que el presidente hizo al inicio de su mandato.
Asimismo, Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, afirmó que el paso que ha dado el Congreso de la Nación podría tener “consecuencias tremendas”. “¿Seremos perseguidos por afirmar que el aborto no es un derecho, sino un crimen, y que el comportamiento homosexual es contrario al orden natural, o porque repudiamos que se legalice la prostitución?”.
Mons. Martini
El 23 de noviembre en nuestro programa radial Cultura de la Vida, Mons. Baldomero Martini, Obispo de San Justo, reiteró su preocupación por la ratificación del Protocolo del CEDAW, llamándonos a no permanecer indiferentes en la defensa de valores como el bien de la vida, la maternidad y la familia e insistió en que el Protocolo compromete la soberanía nacional y lo que es más grave permite una mayor presión para la liberalización del aborto en nuestro país.
Pidió, una vez más una profunda reflexión a los representantes del pueblo, exhortándolos a no desoír lo que se les dice.
Abogar por la Convención del CEDAW en aras de no discriminar a la mujer -advirtió el prelado- es como presentar al lobo con piel de oveja. Son muy serias sus implicancias y su conexión con la ideología de género, vinculada a una realidad que nos afecta a todos.
Mons. Martini lamentó que un proyecto que debía ser estudiado y ponderado cuidadosamente, fuera aprobado por la Cámara de Diputados en sólo 10 minutos. “Esto nos tiene que hacer reflexionar a todos”.
Recordó también que el Papa Juan Pablo II en la encíclica Evangelium Vitae nos enseñó que el tema de la vida y de su defensa y promoción no es exclusivamente para los creyentes: “es para todos...Sólo el respeto de la vida puede fundamentar y garantizar los bienes más preciosos y necesarios de la sociedad, como la democracia y la paz. No puede haber verdadera democracia, si no se reconoce la dignidad de cada persona y no se respetan sus derechos. No puede haber siquiera verdadera paz, si no se defiende y promueve la vida. Todo delito contra la vida es un atentado contra la paz, especialmente si hace mella en la conducta del pueblo” y resaltó que Juan Pablo II al finalizar el Jubileo nos decía que tenemos que convertir a los retos actuales en desafíos y evangelizar esos desafíos.
Anticoncepción de emergencia
Destacó asimismo el obispo de San Justo, la gravedad del proyecto sobre “anticoncepción de emergencia” que está en condiciones de ser tratado en el recinto de la cámara baja. “El respeto al derecho a la vida exige no distribuir medicación que puede ocasionar la muerte de un ser humano indefenso”.
“Necesitamos ser muy claros en el anuncio del 'Evangelio de la Vida' y en el respeto a la persona humana, cuidándola desde la fecundación hasta la muerte natural, pero además en todo el recorrido de su vida”. Señaló que es testigo, en las visitas a los barrios del partido de la Matanza al que pertenece su diócesis, de los estragos que el “paco” está haciendo entre los más jóvenes, realidad de la que poco se habla. “Muchos temas se conjugan en la defensa de la vida y los deberían tener presentes quienes tienen a responsabilidad de velar por el bien común, que es siempre el bien común de la persona humana”, continuó diciendo el prelado en el programa Cultura de la Vida.
Por último remarcó Mons. Martini que los jóvenes son el futuro pero también nuestra responsabilidad de hoy y están siendo amenazados. “No podemos permanecer indiferentes ante este empecinamiento por distribuir cosas que pueden destruir la vida humana”.
Mons. Lona: Vetar el CEDAW sería coherente
“El del Protocolo del CEDAW es un tema que, según han dicho muchos medios, ha sido promovido en el Congreso por el Poder Ejecutivo nacional a través de la Cancillería, pero siempre hay tiempo de arrepentirse”. “Por otra parte, vetar el Protocolo del CEDAW marcaría una coherencia con la actitud -al menos inicial- del presidente que se definió como contrario al aborto, yo recuerdo cuando hizo esa declaración pública”, declaró al mismo medio Mons. Jorge Lona, obispo de San Luis.
“Esa postura inicial, además, es la que comparte la inmensa mayoría del pueblo argentino. Nuestro pueblo puede estar confundido en otras cosas porque sufre el ataque permanente de los medios de comunicación que distorsionan estas cuestiones, pero mantiene una conciencia clara de que el asesinato de un niño no puede ser un derecho”, agregó Mons. Lona
“Eso está en el alma popular y es un regalo de Dios. El niño por nacer es un pequeño prójimo y Cristo dice ‘lo que hicisteis al más pequeño de vuestros hermanos me lo hicisteis a Mí’ y éste es el más pequeño de todos los prójimos. Está por lo tanto en juego el mandamiento esencial: el del amor”.
El aborto disfrazado
El prelado celebró que se hubiera postergado el tratamiento del proyecto sobre “anticoncepción de emergencia”. Y subrayó que estos son pasos hacia la legalización total e irrestricta del aborto.
“La ‘anticoncepción de emergencia’ es una manera pérfida de esconder el aborto precoz. Un aborto hecho de un modo tan oculto o disfrazado que hace que la persona cometa este crimen con muchas posibilidades de no llegar a asimilarlo en conciencia en toda su gravedad. Quizás sea esto lo más terrible, el acostumbramiento y la creencia de que no se comete un aborto. Cooperan con esto las maniobras propagandísticas para confundir a la gente, que la instan a llegar al aborto con una falsa conciencia”. Mencionó después la banalización de estos abortos tempranos entre los jóvenes y la responsabilidad de los adultos.
Recordó también los “12 años de plomo” que provocaron las conferencias internacionales de Naciones Unidas que se sucedieron a partir del 94 (Conferencia de El Cairo) y los cambios que gradualmente suscitaron en el plano internacional. Los mismos pasos -advirtió- que hoy está dando Argentina.
Valorar el poder de la Verdad
Exaltó finalmente la realeza de Cristo y recordó que Dios nos ama. “No tenemos que quedarnos en la desproporción de fuerzas mundanas, tenemos que valorar el poder de la Verdad. La verdad del amor a esos niños y también a quienes los asesinan, porque a pesar de lo horrible del pecado, Dios quiere siempre perdonar y salvar. Decir la verdad es despertar las conciencias y es por lo tanto un acto de salvación”.
Pedir por la conversión de los que yerran
“Como decía San Agustín debemos odiar al pecado y amar al pecador. Tenemos que intentar salvar al que comete estos crímenes de un destino que en definitiva es peor que el de los niños sacrificados”, concluyó Mons. Lona.
(Daremos las declaraciones de Mons. Héctor Aguer y los teléfonos donde solicitar el veto en el próximo número del boletín)

Tal como mencionáramos en el último número, cuando corren los días del plazo legal para la promulgación por parte del presidente Kirchner de la ley de ratificación del Protocolo del CEDAW, tres obispos abogaron por el veto al CEDAW (ver al pie los teléfonos para solicitarlo).
Recordamos que Mons. Bardomero Carlos Martini, Obispo de San Justo, tal como pidió a las dos Cámaras del Congreso Nacional antes del tratamiento del Protocolo, volvió a insistir en “una profunda reflexión a los representantes del pueblo, exhortándolos a no desoír lo que se les dice”. Y que Mons. Jorge Luis Lona, Obispo de San Luis, mencionó que vetar la ley de ratificación del Protocolo sería coherente con las declaraciones que el Presidente hizo al comenzar su mandato.
Reproducimos ahora lo que Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, afirmó en el programa televiso Claves para un Mundo Mejor, del sábado 25 de noviembre.
Entre otras cosas el prelado resaltó que la ratificación del CEDAW cedería a un Comité Internacional “un poder de ingerencia que puede tener consecuencias tremendas en el futuro perfil cultural de la Argentina”. Y que puede servir como “mordaza a los que traten de impedir que se siga avanzando en la destrucción de la familia”.
A continuación adjuntamos el texto completo de Mons. Aguer:
“Hace pocos días el Congreso Nacional ha dado sanción a una ley por la cual nuestro país ratifica el Protocolo Opcional de la Convención para la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer. Este título larguísimo se reduce a una sigla en inglés: CEDAW.”
“En realidad, la Convención a la cual hace referencia este Protocolo es de 1979 y nuestro país adhirió a ella en su momento, pero ahora se trataba de un protocolo facultativo. Es decir que no era necesario que lo ratificáramos y, de hecho, muchos países no lo han hecho”.
“Ahora bien: ¿qué importancia tiene este paso que se ha dado? Es que mediante la ratificación de este Protocolo se le está otorgando autoridad legal a un Comité Internacional integrado por 23 expertas que pueden intervenir en nuestros asuntos internos para hacer observaciones acerca de cómo marchan las cosas que podrían significar de algún modo una discriminación contra la mujer o, mejor, dicho, lo que ellas interpreten como discriminación contra la mujer”.
“Hay que señalar que estas 23 expertas son reclutadas entre las feministas que circulan en órbita cercana a las Naciones Unidas y que profesan la ideología de género. Para quienes profesan la ideología de género, por ejemplo, el penalizar el aborto o el impedir el matrimonio entre personas homosexuales o el no otorgar cobertura legal a la prostitución, todo eso sería discriminatorio respecto de la mujer”.
“Nuestros legisladores nacionales le han cedido a este Comité Internacional un poder de ingerencia que puede tener consecuencias tremendas en el futuro perfil cultural de la Argentina. Y esto no es una posibilidad hipotética, algo que podría llegar a ocurrir, sino que es algo que está ocurriendo en aquellos países que han ratificado el Protocolo. Les presento una pequeña lista de cuestiones que podrían suscitarse”.
“Por ejemplo, a Colombia este Comité ya le ha reprochado que tuviera una legislación en la cual se impedía el aborto y Colombia está, ahora, en trance de cambiarla, es decir de pasar a una legislación proabrotista. Lo mismo se ha hecho con Ecuador”.
“A Italia y a Croacia, que ya tenían leyes que posibilitaban el aborto, este Comité les ha reprochado que hayan incluido en esa legislación proabortista la objeción de conciencia en favor de los profesionales médicos, porque entre ellos hay muchos que se oponen al aborto y que, por razones de conciencia, no quieren practicarlo”.
“En otros países todavía es más sutil la intervención de este Comité. A Armenia y a Bielorrusia, por ejemplo, les ha reprochado que conserven lo que estas feministas consideran un estereotipo del rol del varón y la mujer en la familia y en la sociedad. Es decir, que todavía sigan afirmando la distinción y complementariedad de sexos de varones y mujeres.”
“Lo que le molesta especialmente, y esto es muy curioso, es que se celebre el Día de la Madre. Porque para las feministas la maternidad es una maldición, y entonces ¿cómo se puede celebrar semejante cosa? De hecho ha ocurrido ya que a varios países les han observado precisamente que conserven este día en elogio de la maternidad. Vamos a ver qué pasa cuando se atrevan a hacerlo con la Argentina, donde celebramos, alegremente, todos los años, el Día de la Madre”.
“Esta adhesión al Protocolo de la CEDAW puede servir como mordaza para impedir aquellas reacciones sanas que, de acuerdo con la tradición cultural argentina, traten de impedir que se siga avanzando en la destrucción de la familia. ¿Seremos perseguidos por afirmar que el aborto no es un derecho, sino un crimen, y que el comportamiento homosexual es contrario al orden natural, o porque repudiamos que se legalice la prostitución?”.
“El paso que ha dado el Congreso de la Nación puede tener consecuencias tremendas. Hay que notar que esta ley de ratificación del Protocolo de la CEDAW se ha sancionado, prácticamente, sin discusión y da pena comprobar que se ha hecho o por convicciones y presiones ideológicas o por disciplina de bloque o por obediencia debida”.
“¡Honor a los 12 senadores y a los 30 diputados que han dicho no!. La soberanía legislativa de la Argentina ha sido enajenada a un Comité internacional de feministas. Es como si nos vendiéramos al nuevo desorden mundial”.

Pida el veto a la ley de ratificación del Protocolo del CEDAW por teléfono o por fax:
Senadora Cristina Fernández de Kirchner
Directo: 4010-5422
Central del Senado: 4010-3000, int. 1315, 1317, 1318
Presidencia de la Nación: 4344-3600

viernes, 24 de noviembre de 2006

Nuevos libros de editorial Gladius

Ediciones Gladius se complace en invitarlo
a la presentación de tres nuevos libros

LA IGLESIA CATÓLICA Y LAS CATACUMBAS DE HOY
de Alberto Caturelli

¿ENTIENDES LO QUE LEES?
del P. Horacio Bojorge

los cuales serán presentados por sus autores

EL SEGUIMIENTO DE CRISTO
volumen VII de la serie “Las Parábolas
del Evangelio según los Padres de la Iglesia”
del P. Alfredo Sáenz

que será presentado por el P. Darío De Fina
El acto tendrá lugar el miércoles 6 de diciembre, a las 19 hs., en el Aula Magna del Colegio de Escribanos de la Ciudad de
Buenos Aires, sita en la avenida Las Heras 1833 Piso 7º
Al finalizar se ofrecerá un refrigerio

Para combatir a los enemigos de la Iglesia

JURAMENTO ANTI-MODERNISTA
Motu Propio: “SACRORUM ANTISTITUM”
Impuesto al clero en septiembre de 1910
por S.S. Pío X
“Yo...abrazo y recibo firmemente todas y cada una de las verdades que la Iglesia por su magisterio, que no puede errar, ha definido, afirmado y declarado, principalmente los textos de doctrina que van directamente dirigidos contra los errores de estos tiempos.”
“En primer lugar, profeso que Dios, principio y fin de todas las cosas puede ser conocido y por tanto también demostrado de una manera cierta por la luz de la razón, por medio de las cosas que han sido hechas, es decir por las obras visibles de la creación, como la causa por su efecto.”
“En segundo lugar, admito y reconozco los argumentos externos de la revelación, es decir los hechos divinos, entre los cuales en primer lugar, los milagros y las profecías, como signos muy ciertos del origen divino de la religión cristiana. Y estos mismos argumentos, los tengo por perfectamente proporcionados a la inteligencia de todos los tiempos y de todos los hombres, incluso en el tiempo presente.”
“En tercer lugar, creo también con fe firme que la Iglesia, guardiana y maestra de la palabra revelada, ha sido instituida de una manera próxima y directa por Cristo en persona, verdadero e histórico, durante su vida entre nosotros, y creo que esta Iglesia esta edificada sobre Pedro, jefe de la jerarquía y sobre sus sucesores hasta el fin de los tiempos.”
“En cuarto lugar, recibo sinceramente la doctrina de la fe que los Padres ortodoxos nos han transmitido de los Apóstoles, SIEMPRE CON EL MISMO SENTIDO Y LA MISMA INTERPRETACIÓN. POR ESTO RECHAZO ABSOLUTAMENTE LA SUPOSICION HERETICA DE LA EVOLUCION DE LOS DOGMAS, según la cual estos dogmas cambiarían de sentido para recibir uno diferente del que les ha dado la Iglesia en un principio. Igualmente, repruebo todo error que consista en sustituir el deposito divino confiado a la esposa de Cristo y a su vigilante custodia, por una ficción filosófica o una creación de la conciencia humana, la cual, formada poco a poco por el esfuerzo de los hombres, sería susceptible en el futuro de un progreso indefinido.”
“Consecuentemente: mantengo con toda certeza y profeso sinceramente que la fe no es un sentido religioso ciego que surge de las profundidades tenebrosas del "subconsciente", moralmente informado bajo la presión del corazón y el impulso de la voluntad, sino que un verdadero asentamiento de la inteligencia a la verdad adquirida extrínsecamente por la enseñanza recibida EX CATEDRA, asentamiento por el cual creemos verdadero, a causa de la autoridad de Dios cuya veracidad es absoluta, todo lo que ha sido dicho, atestiguado y revelado por el Dios personal, nuestro creador y nuestro Maestro".
“En fin, de manera general, profeso estar completamente indemne de este error de los modernistas, que pretenden no hay nada divino en la tradición sagrada, o lo que es mucho peor, que admiten lo que hay de divino en el sentido panteísta, de tal manera que no queda nada más que el hecho puro y simple de la historia, a saber: El hecho de que los hombres, por su trabajo, su habilidad, su talento continúa a través de las edades posteriores, la escuela inaugurada por Cristo y sus Apóstoles. Para concluir, sostengo con la mayor firmeza y sostendré hasta mi ultimo suspiro, la fe de los Padres sobre el criterio cierto de la verdad que está, ha estado y estará siempre en el episcopado transmitido por la sucesión de los Apóstoles; no de tal manera que esto sea sostenido para que pueda parecer mejor adaptado al grado de cultura que conlleva la edad de cada uno, sino de tal manera que LA VERDAD ABSOLUTA E INMUTABLE, predicada desde los orígenes por los Apóstoles, NO SEA JAMAS NI CREIDA NI ENTENDIDA EN OTRO SENTIDO.
“Todas estas cosas me comprometo a observarlas fiel, sincera e INTEGRAMENTE, a guardarlas inviolablemente y a no apartarme jamás de ellas sea enseñando, sea de cualquier manera, por mis palabras y mis escritos...".

Algo de Chesterton, pa' alegrar el día...

La pesadilla
Un crepúsculo de cobre y oro había culminado desmenuzándose en el poniente, los colores grises se extendían sobre todas las cosas del cielo y la tierra; además un viento frió soplaba con fuerza creciente, un viento que tocaba con su frió dedo la carne y el alma. En la parte de atrás de mi jardín, los arbustos empezaron a susurrar como conspiradores y después a agitar las manos haciendo una señal. Yo intentaba leer, bajo las ultimas luces que se apagaban sobre el jardín, un largo poema del período decadente. Un poema sobre los viejos dioses de Babilonia y Egipto, sobre sus templos, brillantes y obscenos, sobre sus rostros, crueles y colosales.
¿Es que el Señor de las moscas por ti fue amado
quien hasta la cintura de vino salpicado
persiguió a los judíos?
¿ O amaste a Pasht que miraba por ojos de verdes berilos?
Estaba leyendo este poema porque tenía que criticarlo para el Daily News pero, a su manera, es verdadera poesía. Exhalaba autentica atmósfera. Un humo dulce y sofocante que realmente parecía proceder del cautiverio de Babilonia y la servidumbre de Tiro. Gracias a Dios, mi jardín, con su horizonte inglés verdiazul como telón, no tiene mucho que ver con esas visiones demenciales de palacios decorados con frescos, enormes ídolos decapitados y monstruosas soledades de arena dorada o carmesí. Pero, como me reconocí a mí mismo, durante una puesta de sol tormentosa como esta, puedo imaginarme un olor de muerte y miedo como aquel. El ocaso asolado parece, de verdad, uno de sus templos: un montón de destrozado mármol, dorado y verde.
Algo negro y aleteante se aparta de la copa de uno de los oscuros árboles y revolotea hasta otra. No sé si es un búho o un murciélago pero puedo imaginarme que es un querubín negro, un infernal querubín de las tinieblas. No con las alas de un pájaro y la cabeza de un bebe sino con las alas de un murciélago y la cabeza de un duende. Supongo que, si hubiera luz, podría quedarme aquí sentado y escribir un cuento de miedo bastante aceptable: trataría de como fui por el camino tortuoso que va mas allá de la iglesia y allí me encontré con algo. Digamos un perro, un perro tuerto. Después me encontraría con un caballo, un caballo sin jinete. El caballo también estaría tuerto. Entonces, el silencio inhumano se rompería, me encontraría con un hombre (¿Tengo que especificar que tuerto?) quien me preguntaría por el camino hasta mi propia puerta. O tal vez me dijese que esta había ardido hasta los cimientos. Creo que podría contar un cuentecillo encantador con este esquema.
O podría soñar con trepar para siempre por los árboles oscuros que se yerguen sobre mí. Son tan altos que siento que en sus copas encontraría el nido de los ángeles. Pero, en este ambiente, seria ángeles oscuros y temibles: ángeles de la muerte.
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Pero dese cuenta que este ambiente es pura tontería. No me lo creo en lo mas mínimo. Este universo de un solo ojo, con sus hombres y bestias tuertas, fue creado por un guiño universal. En la cima de esa trágica floresta, no encontraría el nido de los ángeles, solamente el cubil de las pesadillas. El nido, onírico y celestial, no esta ahí. En el cubil de las pesadillas hallaría el enorme huevo, turbio y opalescente, de cuyo roto cascarón nace la pesadilla Y es que no hay nada más delicioso que una pesadilla cuando la reconoces como tal.
Esto es lo esencial. Este es el rígido limite que se impone a todos los artistas que trabajan con ese lujo que es el miedo. El terror debe ser fundamentalmente frívolo. La cordura puede jugar con la locura pero es inadmisible que la locura juegue con la cordura.
Naturalmente, los poetas, como el que estaba leyendo en mi jardín, deben ser libres para imaginar los dioses violentos y los paisajes escandalosos que les plazca. Por supuesto hay que permitirles deambular por sus paisajes y capiteles inspirados por el opio. Pero estas enormes deidades, esas grandes ciudades, son juguetes. Ni por un instante, debe permitirse que sean otra cosa. El hombre, un niño gigantesco, debe jugar con Babilonia y Nivine, con Isis y Astarte. Desde luego que debe permitírsele soñar con el cautiverio de Babilonia, mientras esté libre del mismo. Dejadle tomar sobre si la servidumbre de Tiro, mientras se la tome a la ligera. Los viejos dioses deben ser sus juguetes no sus ídolos.
Las cosas centrales en que se apoya, sus verdaderas posesiones, deben ser cristianas y sencillas. Y como un niño valora ante todo un caballo de madera y una espada que no es mas que dos palos en cruz, así el hombre, el gran niño, debe atesorar las cosas antiguas y austeras, hechas de poesía y piedad: el caballo de madera que fue la épica caída de Troya o esa cruz de madera que redimió y conquisto el mundo.
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En una carta de Stevenson, hay un chiste, típico en él, sobre la tremenda impresión que le causaron, siendo niño, las bestias de ojos múltiples del libro de las revelaciones. “¿ Si eso era el cielo, como caramba sería el infierno?”. Ahora bien, hablando en serio, hay una idea magnifica en estos monstruos del Apocalipsis. Consiste, supongo, en que seres en realidad más bellos o universales que nosotros, podrían parecernos temibles e incluso desconcertantes. En concreto, parecerían poseer un numero superior de sentidos que nosotros. Sentidos que, nos parecerían, a un tiempo, de mayor complejidad y alcance que los nuestros. Una idea muy imaginativamente expresada en la multitud de ojos. Me encantan esos monstruos al pie del trono. Es cuando uno de ellos vagabundea por el desierto y se busca su propio trono, que nacen las creencias malignas y hay que cuadrar cuentas con el diablo, sea con bailarinas o con sacrificios humanos.
Mientras estos deformes poderes elementales rodean el trono, recuerda que lo que adoran tiene la apariencia de una persona.
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Creo que este es el punto de vista correcto en la cuestión de los cuentos de miedo y cosas semejantes. Considero que un escritor debe estar firmemente convencido de esto o terminara saltándose la tapa de los sesos o escribiendo mal.
La humanidad, piedra angular del mundo, debe erguirse recta. A su alrededor, árboles y bestias, espíritus elementales y demonios, pueden retorcerse y agazaparse como humo si de eso gustan. Toda la literatura verdaderamente imaginativa trata del contraste entre las extrañas curvas de la naturaleza y la rectitud del alma. El ser humano puede contemplar cualquier horror que le apetezca, si esta seguro de que no lo va a adorar. Pero los hay tan débiles que veneraran algo solamente porque es feo. A estos hay que encadenarlos a la Belleza. Ni siquiera está siempre mal hacer como hizo Dante al asomarse al borde del abismo para contemplar el infierno. Cuando nos postramos ante el infierno, se comete probablemente un error grave.
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Por lo tanto no veo nada malo en cabalgar sobre la pesadilla esta noche. Me llama relinchando desde las copas de los árboles que se mecen, desde el viento que aúlla. La atraparé y cabalgaré sobre ella en este aire terrible. Árboles y arbustos por igual tiran de sus raíces, como si deseasen volar con nosotros hasta la luna, como aquel toro salvaje y enamorado cuya cría es el cuarto creciente. Nos alzaremos hasta ese loco infinito donde no existe arriba ni abajo, la elevada confusión de los cielos. Cabalgare sobre la pesadilla pero llevare las riendas.

Poemas para la Reconquista

Les obsequiamos hoy un hermoso poema de Antonio Caponnetto, polemista agudo si los hay y tenaz luchador contra la tiranía que hoy gobierna en Argentina.

Oración

Señor, las cinco llagas que en tu calvario brotan,
los hombres de mi patria no han querido curarlas.
En el largo via crucis de tus pasos dolientes,
se han sumado a la turba que no sabe llorarlas.


Un quíntuple crujido de martillos y clavos,
resuena por los puntos cardinales del Sur.
Los signos del ultraje, las huellas de la ofensa,
hacen gemir al justo e indignar al augur.


Si menciono primero tu incoagulado pecho,
abierto por el hierro, sangrante de estertores.
Culpo a los que olvidados del lábaro o la espada,
deshonran sus oficios de guías y pastores.


Si contemplo esos pies que ungió la Magdalena,
peregrinos ayer y hoy con crueles cerrojos.
Señalo a los guerreros de herrumbados escudos,
que han consentido inertes los rapaces despojos.


Cuando la cruz me muestra la palma de tus manos,
hechas para el milagro y ahora con tormentos.
Marco a los mercaderes, los indoctos, los tibios,
profanadores todos de los Diez Mandamientos.


Señor, ¿cómo pedirte para esta patria rota,
entregada a un oscuro desginio cabalista,
que nos ofrezcas puños varoniles y claros,
con que librar de nuevo la antigua Reconquista?


¿Cómo mover tu gracia, Señor, donde el pecado
es un grueso eslabón que encadena y apremia,
donde el altar profanan los que habrían de honrarlo,
la belleza es olvido y la verdad blasfemia?


¿Qué méritos tenemos, Señor, para impetrarte,
que a la tarde te quedes con tu pan y tu vid?;
¿qué hicimos cuando estabas destronado y hambriento,
para pedirte un jefe de la raza del Cid?


Sin embargo, Señor, yo conozco a mi gente.
Caminé de la patria sus senderos estrechos.
Sé que hay labriegos nobles, jornaleros hidalgos,
claustros carmelitanos con tablones por lechos.


Sé de tantos hogares que bendicen la mesa,
de un cuartel donde al alba aún se rezan maitines.
De un aula presidida por tu Madre y la nuestra,
de un convento con frailes con marciales trajines.


Sé de ignotas mesnadas viviendo ecuestremente
de sabios ignorados con andar errabundo.
De tantos perseguidos por predicar verdades,
testigos insumisos, locura para el mundo.


Sé de amigos comunes que sufren la derrota,
son jóvenes o viejos pero algo los hermana.
Saben que hay un combate todavía pendiente,
con el cuerpo o el alma lo librarán mañana.


Si no basta Señor, para que consideres,
el darle a la Argentina su bienaventuranza.
Danos quedar un día, de guardia sin regreso,
en la patria celeste, cantando tu alabanza.

lunes, 20 de noviembre de 2006

El desengañador

Comienza hoy El Desengañador, blog creado por argentinos para todas aquellas personas de buena voluntad que quieran reflexionar sobre temas arduos, a veces trascendentes y otras no tanto.
Somos católicos y queremos, con Chesterton, que al escribir se nos note. Y somos argentinos, y por eso nos despreocupamos, pues seguro que se nos notará enseguida.
Trataremos aquí muchos temas, incluiremos cierto anécdotario, revisaremos la inmundicia desde las Crónicas del Basural, comentaremos algunos libros y una que otra película. Nada demasiado original, aunque no necesariamente trillado.
Todo lo haremos a partir de la Doctrina Tradicional, nada fuera de ella. Nos sometemos en todo a la Iglesia, Madre y Maestra y a Ella en todo obedeceremos. Por ello, desengáñese el lector ávido por leer, vale el ejemplo, ácidas críticas al Papa. No somos tan soberbios y entendemos, con Caturelli, que uno de los más grandes males contemporáneos es el olvido de la primacía de Pedro. Por eso, no se esperen aquí manifestaciones de un tradicionalismo cuasi cismático ni de un progesismo herético. En la Tradición todo, en la proverbial soberbia luciferiana, nada. En ese sentido, cuando hagamos referencia a alguna cuestión concreta referida a algún sacerdote u obispo, lo haremos con toda la Caridad que el Santo Espíritu nos de, pues lo que menos deseamos es mover a escándalo.
Este blog aspira a ser leído - reiteramos - por todas las personas de buena voluntad (entre las que abundan los católicos) pero está especialmente dirigido a los argentinos que hoy andan transitando la treintena y se asoman a los cuarenta. Esa es nuestra generación. La que creció en los años turbios del alfonsinismo, la que estudió y se hizo grande en el menemismo y desbarrancó con el opa por antonomasia y el cabezón tránsfuga. La generación que ve crecer a sus hijos bajo la tiranía del raterito devenido presidente. La que vivió los setenta de rebote, la que no pudo militar en el nacionalismo ni conoció las glorias del combate malvinero. La generación que hoy tiene que dar batalla entre los soldados vencidos y los pastores extraviados.
Si hoy nos ponemos a desengañar no es porque nos subamos al pedestal, como nuevos iluminados, para señalar a la masa la suma de sus errores y la compilación de nuestros aciertos. No. Nos mueve el amor a la patria y a su gente y reconocemos en ese pueblo las reservas morales y espirituales que aún lo sostienen. Pero el pueblo no es la opinión pública, ni la suma de los sufragios, ni la amorfa masa piqueteril, ni el impúdico "caceroleo". El pueblo no es el burgués desvergonzado que hoy simpatiza con los perversos que nos gobiernan porque le permiten un buen nivel de vida o porque sacía sus torvas y mediocres aspiraciones culturosas.
El pueblo, como ha dicho hace poquito un poeta, es el testigo insumiso de la Verdad, el labriego noble, el jornalero hidalgo, el militar patriota y creyente, el sacerdote mártir, los padres del hogar en el que se bendice la mesa y se enseña a los hijos la virtud del argentino bienacido. Esa es La Argentina invisible que mentaba Mallea. La otra, la que se ve en televisión es la Argentina miserable y torcida, la que hay que borrar del mapa.
Desde aquí nos dirigimos a los hombres y mujeres de esa Argentina invisible, para ayudar a desengañarnos y poder ir al entrevero por las causas verdaderas y contra quien realmente lo merece. Por eso, para no terminar siendo desengañadores engañados, les pedimos compañia y ayuda que pueden darse bajo la forma de comentarios, sugerencias o sencillos aportes. Todo ello, huelga decirlo, será bienvenido.
Del mismo modo, sea bienvenido también el enemigo,a pesar de no ser el destinatario de estas páginas virtuales. Siempre viene bien la palabra socarrona, la amenaza cobarde o el insulto impotente ante la Verdad. Son como condecoraciones asi que, adelante.
Pues bien, por ahora, eso es todo. Eso sí, a los amigos les pido desde ya una plegaria, pa' que este humilde blog pueda dar buenos frutos.
In Domino.
B.B.